Cansada de leer y contar pobrezas
Despertó. Eso dijo:
«Para ver con sus manos al mundo»
Parecía simple.
Abandonar el sexo
Renunciar a la sangre
Derrumbar vaginas dentadas, labios babosos de deseo
Y erectos campos de placer
A cambio del autoconocimiento
El antiguo y olvidado cuidado de sí
Que implica el amor a los otros
Ese día la mujer renunció a mirar al mundo
Con aquel único ojo que le habían enseñado a usar
Un ojo voluptuoso con grandes pestañas oscuras cargadas de misterio y deseo…
Con un apetito infinito por la vanidad
Aprendió a usar su otro ojo
El ojo herido, el ojo desenfocado, el ojo que por defecto
Completa la visión globalizante con conocimientos prehistóricos
Y es que la prehistoria es lo que existe antes del texto.
Este es apenas un pretexto.
Ojalá, espero con ansias
Que escriba un joven, una joven
Sus primeros postextos.
Comentarios
sino el Festival va a durar todo el año
b-e-S-O-S