Ha llamado mucho la atención el hecho de que la diputada nicaragüense del Parlamento Centroamericano Bridgete Budier y sus acompañantes fueron víctimas de discriminación racial en una populosa discoteca de Managua. A propósito de esa situación quiero reflexionar sobre dos cosas: la falta de espacios recreativos-educativos y la diversidad de situaciones en las que se viola la igualdad de oportunidades y de derechos civiles en Nicaragua.
Es tristísimo pensar que los jóvenes hacen esfuerzos extravagantes y hasta asombrosos por conseguir acceso a estos lugares [hay muchísimos otros] y se maquillan de blancos, se prestan ropas, se vuelven anoréxicos y hasta sufren horribles cuadros de ansiedad y shoks post traumáticos cuando no los dejan entrar porque a pesar de sus esfuerzos todavía están muy gordos. Eso del derecho de admisión ha sido muy mal entendido. Lo extraño es que los jóvenes y adultos se sientes atraídos por estos lugares que los desaprueban, y se pintan de negro el bigote o todo el pelo para ver si así logran entrar porque si sos muy viejo ya te detienen en la entrada. ¿No hay otros sitios, otros lugares que nos den oportunidades a jóvenes y adultos para recrearnos y educarnos? Porque lugares como el que genera este comentario “educan” mal, nos enseñan que debemos sentirnos inferiores si no alcanzamos en un supuesto modelo de película gringa. Qué pena.
Con justa razón están protestando los ciudadanos afrodescendientes porque se sienten afectados y está muy bien que protesten, pero creo que se debe aprovechar este hecho como un momento que propicie la reflexión en torno a la discriminación. La sociedad nicaragüense es racista y discriminatoria. Hay colegios para gente “blanca”, colegios para gente india y pobre y hay colegios que no contratan si parecés pobre, sos gordo o gorda, o si profesás una religión que no sea la del centro de estudios. Yo, personalmente he llenado cuestionarios en los que preguntan si estás casada (o) civil y por la iglesia, si sos o no católica, quién es tu párroco, y que cuánto pesás y cuánto medís de estatura. Si revisan la sección de páginas amarillas con naturalidad pueden encontrar que dice que se busca a X profesional pero con buena apariencia, y con bajo peso y buena estatura. Ya se sabe que “buena apariencia” significa por lo menos llevar el pelo teñido, no parecer una persona “negra” ni mucho menos [es mi caso] “india”. Qué oportunidades de trato igualitario, por lo menos de trato digno, tiene todo ser humano que a pesar de ser muy capaz profesionalmente reúne una serie de características que han sido satanizadas por la sociedad nuestra, como por ejemplo ser gordito, indio, afrodescendiente, ateo, roquero, bajito o de rasgos muy lejanos del perfil griego.
Dos casos: a una mujer no la contrataron, ni siquiera la dejaron como candidata al cargo porque aunque reunía profesionalmente los requisitos para el puesto no era abiertamente lesbiana y parecía miedosa al hablar de temas relacionados con la liberación femenina. Otro, una mujer especialista en Ingeniería Industrial, graduada y con años de experiencia docente se va a un lugar que solicita un jefe de taller [ella tiene más de 13 años de ser jefe de un taller en el que sus subordinados son hombres], pero el que la va a contratar cuando la ve entrar se queda boquiabierto porque ella es realmente hermosa y luego se pone rojo furia y da la vuelta mientras comienza a gritarle a su asistente achumicado: ¡Te dije que quería contratar un hombre! ¿Qué va a hacer esta pobre mujer manejando a ese grupo de gamberros [entiéndase hombres]?
¿Cómo se sentirá una persona [nicaragüense] que además tenga una deficiencia física? ¿Cómo se sentirá una persona que tenga una opción sexual diferente? ¿Y a quién le importa cómo se sientan estas personas, al Mercurio, al Nuevo Diario, a La Prensa? Si estos últimos solo están preocupados por vender y llegar a sus “públicos meta”. Y finalmente me pregunto ¿Hasta qué punto nos importa y qué estamos dispuestos a hacer para generar un cambio?
Es tristísimo pensar que los jóvenes hacen esfuerzos extravagantes y hasta asombrosos por conseguir acceso a estos lugares [hay muchísimos otros] y se maquillan de blancos, se prestan ropas, se vuelven anoréxicos y hasta sufren horribles cuadros de ansiedad y shoks post traumáticos cuando no los dejan entrar porque a pesar de sus esfuerzos todavía están muy gordos. Eso del derecho de admisión ha sido muy mal entendido. Lo extraño es que los jóvenes y adultos se sientes atraídos por estos lugares que los desaprueban, y se pintan de negro el bigote o todo el pelo para ver si así logran entrar porque si sos muy viejo ya te detienen en la entrada. ¿No hay otros sitios, otros lugares que nos den oportunidades a jóvenes y adultos para recrearnos y educarnos? Porque lugares como el que genera este comentario “educan” mal, nos enseñan que debemos sentirnos inferiores si no alcanzamos en un supuesto modelo de película gringa. Qué pena.
Con justa razón están protestando los ciudadanos afrodescendientes porque se sienten afectados y está muy bien que protesten, pero creo que se debe aprovechar este hecho como un momento que propicie la reflexión en torno a la discriminación. La sociedad nicaragüense es racista y discriminatoria. Hay colegios para gente “blanca”, colegios para gente india y pobre y hay colegios que no contratan si parecés pobre, sos gordo o gorda, o si profesás una religión que no sea la del centro de estudios. Yo, personalmente he llenado cuestionarios en los que preguntan si estás casada (o) civil y por la iglesia, si sos o no católica, quién es tu párroco, y que cuánto pesás y cuánto medís de estatura. Si revisan la sección de páginas amarillas con naturalidad pueden encontrar que dice que se busca a X profesional pero con buena apariencia, y con bajo peso y buena estatura. Ya se sabe que “buena apariencia” significa por lo menos llevar el pelo teñido, no parecer una persona “negra” ni mucho menos [es mi caso] “india”. Qué oportunidades de trato igualitario, por lo menos de trato digno, tiene todo ser humano que a pesar de ser muy capaz profesionalmente reúne una serie de características que han sido satanizadas por la sociedad nuestra, como por ejemplo ser gordito, indio, afrodescendiente, ateo, roquero, bajito o de rasgos muy lejanos del perfil griego.
Dos casos: a una mujer no la contrataron, ni siquiera la dejaron como candidata al cargo porque aunque reunía profesionalmente los requisitos para el puesto no era abiertamente lesbiana y parecía miedosa al hablar de temas relacionados con la liberación femenina. Otro, una mujer especialista en Ingeniería Industrial, graduada y con años de experiencia docente se va a un lugar que solicita un jefe de taller [ella tiene más de 13 años de ser jefe de un taller en el que sus subordinados son hombres], pero el que la va a contratar cuando la ve entrar se queda boquiabierto porque ella es realmente hermosa y luego se pone rojo furia y da la vuelta mientras comienza a gritarle a su asistente achumicado: ¡Te dije que quería contratar un hombre! ¿Qué va a hacer esta pobre mujer manejando a ese grupo de gamberros [entiéndase hombres]?
¿Cómo se sentirá una persona [nicaragüense] que además tenga una deficiencia física? ¿Cómo se sentirá una persona que tenga una opción sexual diferente? ¿Y a quién le importa cómo se sientan estas personas, al Mercurio, al Nuevo Diario, a La Prensa? Si estos últimos solo están preocupados por vender y llegar a sus “públicos meta”. Y finalmente me pregunto ¿Hasta qué punto nos importa y qué estamos dispuestos a hacer para generar un cambio?
Comentarios
Con respecto al asunto del chaman, pues yo he visitado el lugar en cuestion y pues si he visto casos donde te ven mal por tu forma de vestir. No han dejado entrar gente que ellos dicen no cumple con su requisito para ingresar al lugar.
Me identifique con el texto que usted escribio ya que una vez fui discriminada por ser atea, la verdad fue feo. en otra ocasion me trataron mal por ser nicaraguense. entiendo la situacion de la diputada, pero creo que ella esta haciendo uso de su cargo para hacer mas ligeras las cosas, quiero decir hacer uso de lo que es para obetener beneficios mas rapidos que para un ciudadano normal tardarian dias e incluso siglos.