Los perros mejor entrenados se saben de memoria los poemas más famosos de Lorca y de Neruda. Otros, entusiastas y cobardes no tienen miedo de decir lo que piensan corren riesgos de que los nombren “perras” [Ser nombrado “perra” es denigrante] —Pero es sólo al principio, luego se corren y dejan que los otros les muerdan y les saquen la sangre. Otros, es mi caso, se encierran en las esquinas orinan y delimitan su terreno elaboran contrapropuestas bien argumentadas [Hasta ni duermen por estar investigando] Luego, los perros educados se acercan y ofrecen protección si se está de su lado. La sangre de perro y perra se agita y al final todos resultan con alguna mordida más o menos grave.
El espacio en la red de María del Carmen Pérez Cuadra.