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Mostrando entradas de enero, 2009

Matatiru, matatiru Matatiru-ti-ru-la

yo me echaría en tu sueño, viaje sideral. Marea Roja Teníamos que llegar antes del medio día. Corrimos agarrados de las manos, subimos por lomas, y entre matorrales divisamos un breñero alto. Nos aventuramos a subirlo abrazados, a toda carrera. Se te clavaron cachitos en los pies a pesar del zapato. Mi llanto y su risa por mi inutilidad. Llegamos y recibís el premio por la aventura: chuparte las heridas para curarlas. Risas. Pobrecito... Es tan débil e imprescindible. Para vengarme de tus palabras te aviento contra el lodo y te me pegás de la camisa, aterrizamos al otro lado del monte, entre el fango. Desde aquí se puede ver el potrero desierto, el guanacastón al fondo y en su base un pantano de estiércol adornado con hongos. Mirá, ¿te gusta la combinación de colores? Sí. Pero me resulta más interesante éste cielo algodonoso o aquella selvita de Morales. Vos sí que estás loca, la neblina te

Correr tras las cosas queridas

tienes que correr, tienes que correr a toda velocidad. Sabrá a margo el licor de las cosas queridas. Fito Páez When I paint my masterpiece Bob Dylan Esa tarde me encontré en casa con Sofía, mi amiga de la escuela secundaria, mi oponente más fuerte, más significativa. Tarde de domingo en que decidí sentirme al fin liberada de los oficios domésticos porque mi esposo no estaba en la ciudad. Lavaría la ropa sucia el fin de semana próximo, que los niños repitan la ropa, total yo tengo mi vida y quiero realizarme como ser humano. Acepto que ve