Ha llamado mucho la atención el hecho de que la diputada nicaragüense del Parlamento Centroamericano Bridgete Budier y sus acompañantes fueron víctimas de discriminación racial en una populosa discoteca de Managua. A propósito de esa situación quiero reflexionar sobre dos cosas: la falta de espacios recreativos-educativos y la diversidad de situaciones en las que se viola la igualdad de oportunidades y de derechos civiles en Nicaragua. Es tristísimo pensar que los jóvenes hacen esfuerzos extravagantes y hasta asombrosos por conseguir acceso a estos lugares [hay muchísimos otros] y se maquillan de blancos, se prestan ropas, se vuelven anoréxicos y hasta sufren horribles cuadros de ansiedad y shoks post traumáticos cuando no los dejan entrar porque a pesar de sus esfuerzos todavía están muy gordos. Eso del derecho de admisión ha sido muy mal entendido. Lo extraño es que los jóvenes y adultos se sientes atraídos por estos lugares que los desaprueban, y se pintan de negro el bigote o tod...
El espacio en la red de María del Carmen Pérez Cuadra.