Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2009

CUANDO EL DOLOR ES OBVIO Y LA MADRE ESTÁ PRESENTE

Conozco un dolor muy grande Uno que abre y revienta por dentro Uno que mancha de rojo y humedad la piel de mi cara Uno que calienta y agita con fuerza el interior de mi carne Uno que me hace decir cosas que no quiero en voz muy alta (O sí, sí quiero pero no quiero que lo sepan.) Conozco un dolor que se asoma desde el décimo piso De un edificio del último mundo De una ciudad cualquiera en este planeta. Mi mundo, mi ciudad diminuta. Mi dolor es todo y no es nada Pero no es prestado. Es auténtico. Lo sufro, lo soporto y ruego que pase Espero a mi madre Quiero que llegue y que me diga mientras me acaricia Como si yo fuera un animal herido: —Ya pasó, María. Todo va a estar bien, María. El dolor pasa, María. Es que la debilidad de mi madre es el amor a los animales.